UNIDAD 1 “TRADICIÓN Y CAMBIO” // Guía 1
OBJETIVO: Analizan ensayos para escribir opiniones con respecto a las ideas planteadas en ellos
Nombre_____________________________________________Curso:_____
PRÁCTICA GUIADA:
LEAMOS JUNTOS ESTA PRIMERA PARTE DEL TEXTO. RECUERDA IR SUBRAYANDO PALABRAS O FRASES QUE ESTEN RELACIONADAS CON EL TÍTULO
EL TIPO DEL INDIO AMERICANO (Gabriela Mistral)
La vergüenza del mestizo
Una de las razones que dictan la repugnancia criolla a confesar el indio en nuestra sangre, uno de los orígenes de nuestro miedo de decirnos lealmente mestizos, es la llamada "fealdad del indio". Se la tiene como verdad sin vuelta, se la ha aceptado como tres y dos son cinco. Corre parejas con las otras frases en plomada. "El indio es perezoso" y "el indio es malo".
Cuando los profesores de ciencias naturales enseñan los órdenes o las familias, y cuando los de dibujo hacen copiar las bestiecitas a los niños, parten del concepto racional de la diferencia, que viene a ser el mismo aplicable a las razas humanas: el molusco no tiene la manera de belleza del pez; el pez luce una sacada de otros elementos que el reptil-y el reptil señorea una hermosura radicalmente opuesta a la del ave, etc., etc.
Debía haberse enseñado a los niños nuestros la belleza diferenciada y también la opuesta de las razas. El ojo largo y estrecho consigue ser bello en el mongol, en tanto que en el caucásico envilece un poco el rostro; el color amarillento, que va de la paja a la badana, acentúa la delicadeza de la cara china, mientras que en la europea dice no más que cierta miseria sanguínea; el cabello crespo que en el caucásico es una especie de corona gloriosa de la cabeza, en el mestizo se hace sospechoso de mulataje y le preferimos la mecha aplastada del indio.
En vez de educarle de esta manera al niño nuestro el mirar y el interpretar, nuestros maestros renegados les han enseñado un tipo único de belleza, el caucásico, fuera del cual no hay apelación, una belleza fijada para los siglos por la raza griega a través de Fidias.
En cada atributo de la hermosura que los maestros nos enseñan, nos dan exactamente el repudio de un rasgo nuestro; en cada sumando de la gracia que nos hacen alabar nos sugieren la vergüenza de una condición de nuestros huesos o de nuestra piel. Así se forman hombres y mujeres con asco de su propia envoltura corporal; así se suministra la sensación de inferioridad de la cual se envenena invisiblemente nuestra raza, y así se vuelven viles a nuestras gentes sugiriéndoles que la huida hacia el otro tipo es la única salvación.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR Y CONVERSAR ANTES DE SEGUIR CON LA LECTURA
¿Qué visión tiene la autora respecto de los profesores y profesoras?
¿Qué características tienen la educación que reciben los niños aludidos en el ensayo?
PRÁCTICA INDEPENDIENTE: A continuación seguirás leyendo sólo este ensayo y para que no te pierdas en tu lectura ve escribiendo en el recuadro de cada párrafo una idea clave.
La belleza del indio
El indio es feo dentro de su tipo en la misma relación en que lo es el europeo común dentro del suyo.
Imaginemos una Venus maya, o mejor imaginemos el tipo de caballero Águila del Museo de México como el de un Apolo tolteca, que eso es. Pongamos ahora mejilla contra mejilla con él a los hombres de la meseta de Anahuac. Cumplamos prueba idéntica con el Apolo del Belbedere del Louvre y alleguémosles a los franceses actuales que se creen sus herederos legítimos. Las cifras de los sub-Apolos y las de los sub-caballeros águilas serán iguales; tan poco frecuente en la belleza cabal en cualquier raza. Alguno alegará que la comparación está viciada porque el punto de arranque son dos rostros sin paridad; uno redondamente perfecto y otro de discutible perfección. No hay tal; ambos enseñorean en el mismo filo absoluto de la belleza viril. Se dirá que a pesar de esta prueba un poco estadística las dos razas producen una impresión de conjunto bastante diversa: la francesa regala el ojo y la azteca lo disgusta.
La ilusión de ventaja la pone solamente el color; oscurézcase un poco en la imaginación ese blanco sonrosado y entonces se verá la verdad de las dos cabezas, que aquí como en muchas cosas, la línea domina la coloración.
Me leía yo sonriendo una geografía francesa en el capítulo sobre las razas. La descripción de la blanca correspondía a una especie de dictado que hubiese hecho el mismo Fidias sobre su Júpiter: nariz que baja recta de la frente a su remate, ojos noblemente espaciosos, boca mediana y de labios delicados, cabello en rizos grandes: Júpiter, padre de los dioses. Yo me acordaba de la naricilla remangada, tantas veces japonesa, que me encuentro todos los días, de las bocas grandes y vulgares, de los cabellos flojos que hacen gastar tanta electricidad para su ondulación y de la talla mediocre del francés común.
El falso tipo de Fidias (Sobresalió por su perfección en el tratamiento de la forma, el volumen y la expresión de sus esculturas. Es conocido también como arquitecto y pintor.)
Se sabe cómo trabajaba Fidias: cogió unos cuantos rasgos, los mejores éxitos de la carne griega -aquí una frente ejemplar, allá un mentón sólido y fino, más allá un aire noble, atribuible al dios- unió estas líneas realistas con líneas enteramente intelectuales, y como lo inventado fue más que lo copiado de veras, el llamado tipo griego que aceptamos fue en su origen una especie de modelo del género humano, de súper-Adán posible dentro de la raza caucásica, pero en ningún caso realizado ni por griego ni por romano.
El procedimiento puede llamarse magistral. El hombre de Fidias, puro intento de escultura de los dioses y proyecto de la configuración del rostro humano futuro, pasaría a ser, por la vanidad de la raza blanca, el verídico hombre europeo.
Pienso en el resultado probable del método si aplicásemos la magna receta a nuestras razas aborígenes. El escultor de buena voluntad, reuniendo no más de cien ejemplares indios podría sacar las facciones y las cualidades que se van a enumerar "groso modo".
El indio piel roja nos prestaría su gran talla, su cuerpo magníficamente lanzado de rey cazador o de rey soldado sin ningún atolladero de grasa en vientre ni espaldas, musculado dentro de una gran esbeltez del pie a la frente. Los mayas proporcionarían su cráneo extraño, no hallado en otra parte, que es ancho contenedor de una frente desatada en una banda pálida y casi blanca que va de la sien a la sien; entregarían unos maxilares fortísimos y sin brutalidad que lo mismo pudiesen ser los de Mussolini -"quijadas de mascador de hierro"-. El indio quechua ofrecería para templar la acometividad del cráneo sus ojos dulces por excelencia, salidos de una raza cuya historia de mil años da más regusto de leche que de sangre. Esos ojos miran a través de una especie de óleo negro, de espejo embetunado con siete óleos de bondad y de paciencia humana, y muestran unas timideces conmovidas y conmovedoras de venado criollo, advirtiendo que la dulzura de este ojo negro no es banal como la del ojo azul de caucásico, sino profunda, como cavada del seno a la cuenca. Corre de la nariz a la sien este ojo quechua, parecido a una gruesa gota vertida en lámina inclinada, y lo festonea una ceja bella como la árabe, más larga aún y que engaña aumentando mañosamente la longitud de la pupila.
Yo me sé muy bien que la nariz cuesta hallarla en un orden de fineza, porque generalmente bolivianos y colombianos la llevan de aletas gruesas y anchas; pero hay la otra, la del aguileño maya, muy sensible, según la raza sensual que gusta de los perfumes. La boca también anda demasiado espesa en algunos grupos inferiores de los bajíos, donde el cuerpo se aplasta con las atmósferas o se hincha en los barriales genésicos; pero al igual que la nariz prima de la árabe, se la encuentra de labios delgados como la hoja del maíz, de una delgadez cortada y cortadora que es de las más expresivas para la gracia maliciosa y los rictus del dolor. Suele caer hacia los lados esta boca india con el desdén que ven esas razas que se saben dignas como cualquiera otra por talentos y virtudes y que han sido "humilladas y ofendidas" infinitamente; caen los extremos de esas bocas con más melancolía que amargura, y se levantan bruscamente en la risa burlona, dando una sorpresa a los que creen al indio tumbado en una animalidad triste.
He querido proporcionar a los maestros de nuestros niños estos detalles rápidos para que intenten y para que logren arrancarles a éstos la vergüenza de su tipo mestizo, que consciente o inconsciente le han dado. Pero este alegato por el cuerpo indio va a continuar otro día, porque es cosa larga de decir y asunto de más interés del que le damos.
Nápoles, junio 1932
En: Recados para América. Textos de Gabriela Mistral. Mario Céspedes, comp. Santiago de Chile: Revista Pluma y Pincel/Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz., 1978.
DESPUÉS DE LA LECTURA
1. ¿Cuál habrá sido el propósito de la autora para escribir este ensayo?
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
2. ¿Cuál es el tema principal planteado en el ensayo?
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
3. ¿Qué otro título le pondrías a este texto?
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
TICKET DE SALIDA
Nombre ___________________________________________Fecha__________
Escriben una opinión personal con respecto al ensayo leído y en relación a la siguiente pregunta:
1.- ¿Crees que aún está vigente la idea de Gabriel Mistral respecto de la visión de la belleza que la mayoría de los latinoamericanos, asume como válida? Justifica con 2 frases del texto.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
criterio de para la revisión:
1.- Ortografía correcta
2.- Redacción coherente
3.- Parafrasea la pregunta
4.- Incluye 2 citas del texto
5.- Ocupa el espacio asignado (más 3 líneas)
6.- Su respuesta es directa a la pregunta no es ambigua
7.-Manifiesta una posición a favor o en contra clara
TICKET DE SALIDA
Nombre ___________________________________________Fecha__________
Escriben una opinión personal con respecto al ensayo leído y en relación a la siguiente pregunta:
1.- ¿Crees que aún está vigente la idea de Gabriel Mistral respecto de la visión de la belleza que la mayoría de los latinoamericanos, asume como válida? Justifica con 2 frases del texto.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
criterio de para la revisión:
1.- Ortografía correcta
2.- Redacción coherente
3.- Parafrasea la pregunta
4.- Incluye 2 citas del texto
5.- Ocupa el espacio asignado (más 3 líneas)
6.- Su respuesta es directa a la pregunta no es ambigua
7.-Manifiesta una posición a favor o en contra clara
UNIDAD 1
“TRADICIÓN Y CAMBIO” // Guía 1
|
OBJETIVO:
Analizan ensayos para escribir opiniones con respecto a las ideas planteadas en
ellos
Nombre_____________________________________________Curso:_____
PRÁCTICA GUIADA:
LEAMOS JUNTOS ESTA PRIMERA PARTE DEL TEXTO.
RECUERDA IR SUBRAYANDO PALABRAS O FRASES QUE ESTEN RELACIONADAS CON EL TÍTULO
EL TIPO DEL
INDIO AMERICANO (Gabriela Mistral)

La vergüenza del mestizo
Una de las razones que dictan la
repugnancia criolla a confesar el indio en nuestra sangre, uno de los
orígenes de nuestro miedo de decirnos lealmente mestizos, es la llamada
"fealdad del indio". Se la tiene como verdad sin vuelta, se la ha
aceptado como tres y dos son cinco. Corre parejas con las otras frases en
plomada. "El indio es perezoso" y "el indio es malo".
Cuando los profesores de ciencias naturales
enseñan los órdenes o las familias, y cuando los de dibujo hacen copiar las
bestiecitas a los niños, parten del concepto racional de la diferencia, que
viene a ser el mismo aplicable a las razas humanas: el molusco no tiene la
manera de belleza del pez; el pez luce una sacada de otros elementos que el
reptil-y el reptil señorea una hermosura radicalmente opuesta a la del ave,
etc., etc.
Debía haberse enseñado a los niños nuestros
la belleza diferenciada y también la opuesta de las razas. El ojo largo y
estrecho consigue ser bello en el mongol, en tanto que en el caucásico
envilece un poco el rostro; el color amarillento, que va de la paja a la
badana, acentúa la delicadeza de la cara china, mientras que en la europea
dice no más que cierta miseria sanguínea; el cabello crespo que en el
caucásico es una especie de corona gloriosa de la cabeza, en el mestizo se
hace sospechoso de mulataje y le preferimos la mecha aplastada del indio.
En vez de educarle de esta manera al niño
nuestro el mirar y el interpretar, nuestros maestros renegados les han
enseñado un tipo único de belleza, el caucásico, fuera del cual no hay
apelación, una belleza fijada para los siglos por la raza griega a través
de Fidias.
En cada atributo de la hermosura que los
maestros nos enseñan, nos dan exactamente el repudio de un rasgo nuestro;
en cada sumando de la gracia que nos hacen alabar nos sugieren la vergüenza
de una condición de nuestros huesos o de nuestra piel. Así se forman
hombres y mujeres con asco de su propia envoltura corporal; así se
suministra la sensación de inferioridad de la cual se envenena
invisiblemente nuestra raza, y así se vuelven viles a nuestras gentes
sugiriéndoles que la huida hacia el otro tipo es la única salvación.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR Y CONVERSAR ANTES DE SEGUIR CON LA LECTURA
¿Qué visión tiene la autora respecto de los profesores y profesoras?
¿Qué características tienen la educación que reciben los niños
aludidos en el ensayo?
PRÁCTICA INDEPENDIENTE: A continuación
seguirás leyendo sólo este ensayo y para que no te pierdas en tu lectura ve
escribiendo en el recuadro de cada párrafo una idea clave.
La belleza del indio
El indio es feo dentro de su
tipo en la misma relación en que lo es el europeo común dentro del suyo.
 Imaginemos una Venus maya, o mejor
imaginemos el tipo de caballero Águila del Museo de México como el de un
Apolo tolteca, que eso es. Pongamos ahora mejilla contra mejilla con él a
los hombres de la meseta de Anahuac. Cumplamos prueba idéntica con el Apolo
del Belbedere del Louvre y alleguémosles a los franceses actuales que se
creen sus herederos legítimos. Las cifras de los sub-Apolos y las de los
sub-caballeros águilas serán iguales; tan poco frecuente en la belleza
cabal en cualquier raza. Alguno alegará que la comparación está viciada
porque el punto de arranque son dos rostros sin paridad; uno redondamente
perfecto y otro de discutible perfección. No hay tal; ambos enseñorean en
el mismo filo absoluto de la belleza viril. Se dirá que a pesar de esta
prueba un poco estadística las dos razas producen una impresión de conjunto
bastante diversa: la francesa regala el ojo y la azteca lo disgusta.

La ilusión de ventaja la pone solamente el
color; oscurézcase un poco en la imaginación ese blanco sonrosado y
entonces se verá la verdad de las dos cabezas, que aquí como en muchas
cosas, la línea domina la coloración.
Me leía yo sonriendo una geografía francesa
en el capítulo sobre las razas. La descripción de la blanca correspondía a
una especie de dictado que hubiese hecho el mismo Fidias sobre su Júpiter:
nariz que baja recta de la frente a su remate, ojos noblemente espaciosos,
boca mediana y de labios delicados, cabello en rizos grandes: Júpiter,
padre de los dioses. Yo me acordaba de la naricilla remangada, tantas veces
japonesa, que me encuentro todos los días, de las bocas grandes y vulgares,
de los cabellos flojos que hacen gastar tanta electricidad para su
ondulación y de la talla mediocre del francés común.
El falso tipo de Fidias (Sobresalió por su perfección en el
tratamiento de la forma, el volumen y la expresión de sus esculturas. Es
conocido también como arquitecto y pintor.)
Se sabe cómo trabajaba Fidias: cogió unos
cuantos rasgos, los mejores éxitos de la carne griega -aquí una frente
ejemplar, allá un mentón sólido y fino, más allá un aire noble, atribuible
al dios- unió estas líneas realistas con líneas enteramente intelectuales,
y como lo inventado fue más que lo copiado de veras, el llamado tipo griego
que aceptamos fue en su origen una especie de modelo del género humano, de
súper-Adán posible dentro de la raza caucásica, pero en ningún caso
realizado ni por griego ni por romano.

El procedimiento puede llamarse magistral.
El hombre de Fidias, puro intento de escultura de los dioses y proyecto de
la configuración del rostro humano futuro, pasaría a ser, por la vanidad de
la raza blanca, el verídico hombre europeo.
Pienso en el resultado probable del método
si aplicásemos la magna receta a nuestras razas aborígenes. El escultor de
buena voluntad, reuniendo no más de cien ejemplares indios podría sacar las
facciones y las cualidades que se van a enumerar "groso modo".
El indio piel roja nos prestaría su gran
talla, su cuerpo magníficamente lanzado de rey cazador o de rey soldado sin
ningún atolladero de grasa en vientre ni espaldas, musculado dentro de una
gran esbeltez del pie a la frente. Los mayas proporcionarían su cráneo
extraño, no hallado en otra parte, que es ancho contenedor de una frente
desatada en una banda pálida y casi blanca que va de la sien a la sien;
entregarían unos maxilares fortísimos y sin brutalidad que lo mismo
pudiesen ser los de Mussolini -"quijadas de mascador de hierro"-.
El indio quechua ofrecería para templar la acometividad del cráneo sus ojos
dulces por excelencia, salidos de una raza cuya historia de mil años da más
regusto de leche que de sangre. Esos ojos miran a través de una especie de
óleo negro, de espejo embetunado con siete óleos de bondad y de paciencia
humana, y muestran unas timideces conmovidas y conmovedoras de venado
criollo, advirtiendo que la dulzura de este ojo negro no es banal como la
del ojo azul de caucásico, sino profunda, como cavada del seno a la cuenca.
Corre de la nariz a la sien este ojo quechua, parecido a una gruesa gota
vertida en lámina inclinada, y lo festonea una ceja bella como la árabe,
más larga aún y que engaña aumentando mañosamente la longitud de la pupila.
Yo me sé muy bien que la nariz cuesta
hallarla en un orden de fineza, porque generalmente bolivianos y
colombianos la llevan de aletas gruesas y anchas; pero hay la otra, la del
aguileño maya, muy sensible, según la raza sensual que gusta de los
perfumes. La boca también anda demasiado espesa en algunos grupos
inferiores de los bajíos, donde el cuerpo se aplasta con las atmósferas o
se hincha en los barriales genésicos; pero al igual que la nariz prima de
la árabe, se la encuentra de labios delgados como la hoja del maíz, de una
delgadez cortada y cortadora que es de las más expresivas para la gracia
maliciosa y los rictus del dolor. Suele caer hacia los lados esta boca
india con el desdén que ven esas razas que se saben dignas como cualquiera
otra por talentos y virtudes y que han sido "humilladas y
ofendidas" infinitamente; caen los extremos de esas bocas con más
melancolía que amargura, y se levantan bruscamente en la risa burlona,
dando una sorpresa a los que creen al indio tumbado en una animalidad
triste.

He querido proporcionar a los maestros de
nuestros niños estos detalles rápidos para que intenten y para que logren
arrancarles a éstos la vergüenza de su tipo mestizo, que consciente o
inconsciente le han dado. Pero este alegato por el cuerpo indio va a
continuar otro día, porque es cosa larga de decir y asunto de más interés
del que le damos.
Nápoles,
junio 1932
En: Recados para América. Textos de Gabriela Mistral. Mario
Céspedes, comp. Santiago de Chile: Revista Pluma y Pincel/Instituto de
Ciencias Alejandro Lipschutz., 1978.
|
|
DESPUÉS
DE LA LECTURA
1.
¿Cuál habrá sido el propósito de la autora para
escribir este ensayo?
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
2.
¿Cuál es el tema principal planteado en el
ensayo?
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
3.
¿Qué otro título le pondrías a este texto?
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
TICKET DE SALIDA
Nombre
___________________________________________Fecha__________
Escriben una opinión personal con respecto al ensayo leído y en
relación a la siguiente pregunta:
1.- ¿Crees que aún está
vigente la idea de Gabriel Mistral respecto de la visión de la belleza que la mayoría de los
latinoamericanos, asume como válida? Justifica con 2 frases del texto.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
criterio de para la
revisión:
1.- Ortografía correcta
2.- Redacción coherente
3.- Parafrasea la pregunta
4.- Incluye 2 citas del
texto
5.- Ocupa el espacio
asignado (más 3 líneas)
6.- Su respuesta es directa
a la pregunta no es ambigua
7.-Manifiesta una posición a
favor o en contra clara
|
TICKET DE SALIDA
Nombre
___________________________________________Fecha__________
Escriben una opinión personal con respecto al ensayo leído y en
relación a la siguiente pregunta:
1.- ¿Crees que aún está
vigente la idea de Gabriel Mistral respecto de la visión de la belleza que la mayoría de los
latinoamericanos, asume como válida? Justifica con 2 frases del texto.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
criterio de para la
revisión:
1.- Ortografía correcta
2.- Redacción coherente
3.- Parafrasea la pregunta
4.- Incluye 2 citas del
texto
5.- Ocupa el espacio
asignado (más 3 líneas)
6.- Su respuesta es directa
a la pregunta no es ambigua
7.-Manifiesta una posición a
favor o en contra clara
|